lunes, 19 de febrero de 2007

"Cambio Extremo". Un Reality que Operativiza Masas

El contenido del reality "Cambio Extremo" del canal RCN, promueve una serie de valores que alimentan el ideal de belleza actual construido por la sociedad legítima.En cada época, la mujer tuvo, tiene y tendrá instaurado un modelo de belleza a seguir. Así, si comparamos la belleza de una mujer actual, con la de hace unos años, nos damos cuenta de la profundas transformaciones que ha tenido el cuerpo y el rostro.

Cabe anotar también, que esas transformaciones en principio, venían acompañadas de acontecimientos históricos, que convertían a la mujer en una figura revolucionaria que buscaba “liberarse” cada vez más.

Sin embargo, en la actualidad esa idea se desvanece rápidamente, haciendo de la mujer un ser esclavo de prácticas perversas, para cumplir con los estándares de belleza impuestos por una sociedad de consumo.

“Curioso canon de belleza el de las modelos de Rubens, tan orondas y entraditas en carnes. Hoy es totalmente distinto, normalmente se considera un modelo de belleza a la chica delgada y morenita, pero en aquel tiempo estar delgada era sinónimo de pasar hambre y ser morena de piel era la señal de tener que trabajar en el campo y por tanto ser pobre. Así los varones bebían los vientos por las rellenitas pálidas porque comían bien y estaban todo el día en casa al abrigo de los rayos del sol (no era concebible en aquellos tiempos tomar el sol porque sí)”.[1]

Ese “ser” que la mujer actual ansia, se ajusta a la definición que Berkeley expone: Ser como “ser visto”, es decir, se llega a ser alguien en tanto me vean y me legitimen los otros. Se satisface una complacencia narcisista.

Entonces la sociedad ejerce cierta presión sobre la mujer y a su vez le brinda las herramientas necesarias para lograr ser bella, soportando procesos largos y dolorosos.

En primera instancia se genera toda una moda de ropas apretadas, ceñidas, jeans descaderados y escotes profundos. Para que luego surja la necesidad de transformar el cuerpo, ya no mediante el ejercicio o rigurosas dietas, sino por algo más fácil, la cirugía estética. Una práctica rápida, con un post operatorio doloroso, pero que al final “vale la pena”, porque va a ser aprobado y legitimado por aquellos que perciben el radical cambio y quienes finalmente satisfaceràn esa complacencia narcisista que tanto interesa.


Cambio Extremo es un programa que ha sabido aprovechar esa sensación de tener la necesidad de recurrir a cirugías plásticas para cambiar vidas en el área laboral, sentimental y familiar. El hecho de mostrar un final feliz, donde familiares y amigos repitan con insistencia la frase “ahora si va a poder casarse, trabajar, salir, estar a la moda, etc.”, reafirma a la sociedad como un actor legitimador.

Por otro lado, en su segunda temporada Cambio Extremo ha tratado de mostrar un sentido social, que a final de cuentas resulta falso y frívolo. Entonces ahora no solo opera a personas vanidosas, sino que también le brinda la oportunidad a personas con deformaciones y defectos por causas genéticas o accidentes. Pero siempre en busca de la aprobación final. Una emisión del programa confirma lo dicho con dos casos:[2]

Héctor

La vida de Héctor es un ejemplo de tesón y de ganas de superarse. Hace dos años sufrió un grave accidente con electricidad en el que perdió totalmente su mano izquierda desde el codo y parcialmente su mano derecha. A pesar de su discapacidad Héctor es un hombre trabajador que vive para sus dos hijos y su esposa.

En Cambio Extreno todos sus esfuerzos se vieron recompensados: su mano derecha fue recostruida, recibió una prótesis de última generación para la mano derecha, y además, se convirtió en un hombre atractivo.

Martha Liliana Ruiz

Pesaba ochenta kilos, acababa de dar a luz a su pequeña Margaret, y su imagen ya no era la que tenía cuando fue Señorita Santander. Algunos problemas de salud fueron superados, y con todo a su favor, resolvió hacerse un cambio de pelicula. Su cuerpo y rostro la hacen paracer una mujer de 25.

En los casos como el Héctor, hay un trato de paciente. Mientras que en casos como los de Martha Liliana, hay todo un despliegue noticioso en el que se le da la categoría de informes especiales. Así, el programa evidencia dos directrices: la primera de carácter social y la segunda algo "banal". Sin embargo, siempre se mantiene un común denominador: EL MERCANTILISMO DE LA BELLEZA.

Ese mercantilismo se refuerza con el tipo de presentadora. Una mujer de simetrías perfectas, que cumple con los estandares de belleza occidental. Además de un grupo de especialistas reconocidos, quienes por su profesión, tienen la autoridad de determinar el tipo de cambios que requiere un cuerpo que está por fuera de lo legitimado socialmente.



Sólo con el ánimo de reflexionar, valdría la pena cuestionar la definición que actualmente hay de la belleza, teniendo en cuenta que: "En tanto que la belleza se estandariza, deja de ser belleza". Y que la ropa ya no se diseña para el cuerpo, sino que el cuerpo se diseña para la ropa.


[1] Tomado de www.cossio.net/actividades/pinacoteca/p_03_04/sensualidad_femenina.htm. [2] Tomados de la página http://www.canalrcn.com/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, es cierto. Y en un futuro no muy lejano, se empezaran a notar las consecuencias de dichas intervenciones con maldeformaciones.

TIC`s - Universidad Central dijo...

Buena publicación. Culturalmente se forman estándares que de una forma trágica descalifica a quienes se salen de ellos. Pareciera ser que el valor interno de las personas sobre lo externo fuera cada vez más una utopía.