lunes, 17 de noviembre de 2014

El Proceso de Paz de la Familia Rodriguez

Dos pequeños hermanos, uno de 10 y el otro de 11 años de edad, tenían permanentes diferencias. Se rapaban los juguetes, se empujaban, se halaban el pelo, en fin, eran muy desesperantes.

El padre con un tono firme lograba separarlos. Los mandaba a sus respectivas habitaciones con tareas específicas que los ayudara a reflexionar. Los privilegios y gustos les eran suspendidos y de nuevo eran repasados los valores y virtudes sobre los que se construyó su hogar.

Hecha la reflexión, la madre paciente y comprensiva, unió a los pequeños con lazos de perdón, de amor, de solidaridad y de tolerancia, sanando sus corazones dejándolos listos para seguir adelante.

Tiempo después, los hermanos que ya eran adolescentes, volvieron a tener diferencias, pero padre y madre siempre estuvieron dispuestos a orientarlos, y ellos a tener voluntad de paz y progreso.

Hoy los hermanos Rodriguez replican su proceso, convirtiéndose en parte de un tejido social de paz.

¿Cómo llevar a cabo diálogos de paz sin un cese a los actos propios de criminales?

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